martes, 27 de junio de 2017

La magia del orden

Ayer, terminé (al fin) de leer el libro "La magia del orden" de Marie Kondo. Y digo al fin, porque para ser un libro para nada extenso me costó terminar de leerlo, porque a ratos se volvía como un informercial de los que dan en la tele "este método es uno de los mas efectivos en organización, pero si quieres saber como funciona continúa leyendo".

Hubo cosas que me llamaron la atención, por ejemplo que muchas personas que son desordenadas tienen pésimos hábitos alimenticios, y que poner su casa en orden hacía que todo a su vez se ponga en orden, incluyendo su alimentación. También partía con la premisa de que hay que comenzar ordenando la ropa, que es lo mas difícil y luego el resto de las cosas como la cocina, los libros, y cosas con valor sentimental, y como hacer que esto no tenga un efecto rebote (cosa que siempre, SIEMPRE me pasa). También hablaba sobre los datos freak como hablarle a la casa o a las cosas, como la autora es japonesa no me extrañó, ya que los japoneses al llegar o irse de un lugar saludan "tadaima" y se despiden de forma genérica "ittekimasu".
Hay otras cosas que definitivamente me hicieron pensar que la autora estaba un poco loca, por ejemplo, cuando habla sobre como guardar las citas de los libros que va desechando... LES ARRANCABA LA HOJA!, jamás en mi vida me veo arrancándole la hoja a algún libro.

Así como anécdota, una vez iba camino a mi trabajo en la micro y me sentí observada, levante la vista del libro y vi que una señora me miraba, y noté que además de mirarme asentía y me sonreía, yo le devolví la sonrisa por cortesía y continué con mi lectura. Después de un rato ella se para y me dice "ojalá le funcione, es un gran libro pero ponerlo en practica es un poco difícil, pero ayuda mucho". 

Pasando a otra cosa que plantea el libro es que respecto a "asignar un lugar para cada cosa",  creo que se adapta a distintas realidades, por ejemplo yo no podría llegar sacar las cosas de mi cartera, y dejarlas en su lugar asignado, luego sacarme tranquilamente la ropa, y darles las gracias por la labor que hicieron hoy. Mi realidad es que llego a mi casa, dejo mi cartera o bolso en un sillón, me preparo un té, me siento a tomar el té mientras mi hijo me cuenta lo que hizo o me llama cada 5 segundos para mostrarme lo que está haciendo. Termino a penas de tomarme el té, le pongo el pijama, me pongo mi pijama, me doy unas vueltas tratando de hacer algo que me saque de la rutina y al final no hago nada fuera de lo común, juego un rato con mi perra, converso con mi pololo y paf! ya es hora de dormir, hago que mi hijo se lave los dientes antes de dormir, se acuesta, le leo un cuento, apago la luz y lo hago dormir (aún no logro hacer que se duerma solo, pero no me molesta, porque después que crezca extrañaré esos momentos, así que los disfruto), en ese entretanto que se queda dormido, pienso en que quiero ver un capitulo de "Bones"antes de dormir... y termino quedándome dormida con el. Me encantaría poder hacer eso que dice ella que hace al llegar después de su trabajo a su casa, disfrutar, pero llego tan cansada que lo único que quiero es descansar.

Y finalmente habla de lo que uno actualmente hace con lo que hacíamos de pequeños, por ejemplo a mi desde chica me ha gustado pintar, dibujar, recortar y todo lo que tenga relación con lo creativo o lo artístico, y aquí estoy, diseñadora gráfica e ilustradora. otras personas desde peques les gustaba leer, o investigar, o siempre quisieron ser relatores de futbol. y su profesión actual es reflejo de lo que les gustaba hacer de pequeños. Se da en mucho casos, no todos obviamente, pero me hizo mucho sentido cuando lo leí. Y cito "las cosas que de verdad nos gustan no cambian con el tiempo, poner tu casa en orden es una gran manera de descubrir esas cosas" como? ordenando las fotos que teníamos de chicos y recordando lo que hacíamos cuando nos sacaron la foto.

En fin, tengo que poner en practica lo que aprendí con este libro, a ver si mi partner me acompaña en la aventura de ordenar, y desechar las cosas que no nos hacen felices, individualmente, ya que solo uno sabe lo que realmente te hace feliz y lo que no. Es una tarea subjetiva y entretenida.